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Sordera e Hipoacusia

La sordera va en aumento sobre todo en los países más desarrollados. Según el estudio estimativo del British MRC Institute of Hearing Research el número de personas que en 1995 sufría algún tipo de pérdida auditiva ascendía a un total mundial de 440 millones. De esta cifra 70 millones se registran en Europa sobre una población total de 700 millones de habitantes, mientras que en USA el número ascendía a los 25 millones de afectados. Para 2005, se estima que en el mundo habrá un total de 560 millones de personas con problemas de audición; de estos, 80 millones se registrarán en Europa, en USA y Canadá se alcanzará la cifra de 30 millones de afectados.

Sordera e Hipoacusia

 2 – Sordera e Hipoacusia

  • 2.1 – Epidemiología de la sordera y de la hipoacusia.
  • 2.2 – Exploración y Pruebas Audiológicas.
  • 2.3 – Clasificación de Tipos de hipoacusias.
               2.3.1 – Según el grado de intensidad.
                                  2.3.1.1 – Hipoacusia LEVE.
                                  2.3.1.2 – Hipoacusia MODERADA
                                  2.3.1.4 – Hipoacusia SEVERA
                                  2.2.1.5 – Hipoacusia PROFUNDA
                                  2.2.1.6 – Hipoacusia TOTAL o COFOSIS

           2.3.2 – Según el Origen de la lesión.
                              2.3.2.1 – Hipoacusia de Conducción
                                               - Hipoacusia por alteraciones del Oído Externo y/o
                                               - Hipoacusia conductiva por Desconexión osicular.                                                                                                 - Hipoacusia por Impedancia
                               2.3.2.2 – Hipoacusia Sensorial o Coclear.
                               2.3.2.3 – Hipoacusia 

  • 2.4 – Concepto de Acúfeno y Clasificación.
  • 2.5 – Manejo del paciente con acúfenos.
  • 2.6 – Otros Trastornos de la percepción auditiva.

Capacidad Auditiva

2 – Hipoacusia – Sordera: definición

Es la incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos…

Los síntomas de la hipoacusia pueden abarcar:

  • sonidos que parecen demasiado fuertes.
  • Dificultad para seguir conversaciones cuando dos o más personas están
  • Dificultad para oír en ambientes ruidosos.
  • Dificultad para diferenciar sonidos agudos (por ejemplo, "s" o "th") entre sí.
  • Menos problemas para escuchar las voces de los hombres que las voces de las mujeres.
  • Problemas para escuchar cuando hay ruido de fondo.
  • Voces que suenan entre dientes o mal articulados


Otros síntomas abarcan:

  • Sensación de estar sin equilibrio o mareado (más común con la Enfermedad de Menière y el Neurinoma del Acústico).
  • Sensación de presión en el oído (en el líquido detrás del tímpano).
  • Ruido o zumbido en los oídos (tinnitus).


2.1 – Epidemiología de la sordera e hipoacusia

En la población adulta, la incidencia de la sordera aumenta con la edad, por lo que el aumento de su prevalencia se relaciona fuertemente con ésta. Según distintos informes, en España sufren algún tipo de sordera más de 2.000.000 de personas, de los cuales el 45% son menores de 50 años.

La sordera va en aumento sobre todo en los países más desarrollados. Según el estudio estimativo del British MRC Institute of Hearing Research el número de personas que en 1995 sufría algún tipo de pérdida auditiva ascendía a un total mundial de 440 millones. De esta cifra 70 millones se registran en Europa sobre una población total de 700 millones de habitantes, mientras que en USA el número ascendía a los 25 millones de afectados. Para 2005, se estima que en el mundo habrá un total de 560 millones de personas con problemas de audición; de estos, 80 millones se registrarán en Europa, en USA y Canadá se alcanzará la cifra de 30 millones de afectados.

No sólo la prevalencia se relaciona con la edad, además se asocia con más frecuencia al sexo masculino, a la exposición al ruido, indirectamente con la renta per cápita y los niveles de educación. Otros factores relacionados con esta patología son las enfermedades infecciosas del oído medio e interno, fármacos como aminoglicósidos, salicilatos, quinidina y furosemida, daños del nervio auditivo, tabaquismo, diabetes mellitus e hipercolesterolemia.

La hipoacusia también se asocia a mayor número de personas con depresión, deterioro de la calidad de vida, deterioro cognitivo, alteraciones de la conducta y del sueño, disminución de la actividad social, problemas de comunicación y otras alteraciones de la memoria, afectando por tanto a la capacidad psíquica, física y social. Lleva esto implícito también un aumento del riesgo en situaciones de accidente en ambientes con sirenas, timbres, dificultad en el uso del teléfono… comprometiendo su seguridad física y la capacidad de vivir de forma independiente.

2.2 – Exploración y pruebas complementarias audiológicas

En consulta, la exploración básica de la función auditiva debe formar parte de la exploración neurológica:

  1. Exploración del oído externo con otoscopio.
  2. Exploración de la hipoacusia con un diapasón: Evaluación de la conducción a través del aire y del hueso. Dos pruebas se realizarán con diapasón:
    - Prueba de RINNE: Compara la sensibilidad auditiva del paciente mediante conducción ósea y conducción aérea. En esta prueba, cuando el mecanismo de conducción es normal en un oído, la conducción aérea se oye mejor que la conducción ósea porque es un medio más eficiente de transmisión del sonido. Este hallazgo es Rinne positivo. La conducción ósea se oye mejor que la aérea cuando existe un déficit del mecanismo de conducción: Rinne negativo.
    - Prueba de WEBER: Se basa en el principio de que la señal transmitida por conducción ósea se localiza en el oído con el mayor déficit de conducción o en el oído contrario al de la pérdida neurosensorial. En las hipoacusias unilaterales, la lateralización hacia el peor oído indica un elemento de afectación de la conducción en ese oído. La lateralización al mejor oído sugiere un problema neurosensorial del oído opuesto.
  3. Valoración audiológica: Comprende pruebas aéreas de tono-puro y de conducción ósea, umbral de recepción del lenguaje y mediciones de reconocimiento de las palabras.
  4. Pruebas de Impedancia: Comprende la timpanometría, la impedancia acústica estática y las mediciones del umbral reflejo acústico.
  5. Reflejos del oído: Debido a que el séptimo par craneal inerva al estapedio, el reflejo acústico a veces es útil para detectar la localización de la lesión del séptimo par craneal.
  6. Emisiones otoacústicas: Los que son clínicamente más útiles, son las emisiones otoacústicas transitoriamente evocadas y las emisiones distorsión-producto. Son los más útiles como prueba objetiva de detección sistemática en lactantes o niños a quienes no se les puede hacer una audiometría tradicional.

Vídeo explicativo sobre la Perdida Auditiva Neurosensorial | MED-EL

La hipoacusia neurosensorial se produce cuando las células ciliadas de la cóclea están dañadas o ausentes. MED-EL le ofrece soluciones para la hipoacusia neurosensorial... http://www.medel.com 

Clasificación de la Hipoacusia. Acúfenos y clasificación. 

2.3 – Clasificación de la hipoacusia

Las personas con hipoacusia habitualmente utilizan el canal auditivo y el lenguaje oral para comunicarse. Se benefician del uso de auxiliares auditivos para recuperar hasta en un 20 a 30% de la audición.

2.3.1 – Según el grado de intensidad.

Existen pues muchas clasificaciones, la más didáctica a efectos prácticos sea quizás la clasificación cuantitativa, que establece los siguientes niveles:

  • 2.3.1.1 Normoaudición. el umbral de audición tonal no sobrepasa los 20 dB HL en la gama de frecuencias
  • 2.3.1.2 Hipoacusia leve: Pérdida no superior a 40 dB para las frecuencias centrales.
  • 2.3.1.3 Hipoacusia moderada: Pérdida comprendida entre 50 dB y 70 dB.
  • 2.3.1.4 Hipoacusia grave: Pérdida comprendida entre 70 dB y 90 dB.
  • 2.3.1.5 Hipoacusia profunda o COFOSIS: Pérdida superior a 90 dB.


2.3.2 – Según la localización de la lesión.

La hipoacusia pude ser consecuencia de una lesión en cualquier parte del sistema auditivo. Una alteración en el oído externo o medio provoca una perdida conductiva de la audición por una transmisión ineficaz del sonido al oído interno. Si la alteración se debe a una patología de la cóclea o a lo largo del trayecto del octavo par dentro del oído interno hasta el tronco, la pérdida será sensorial (Hipoacusia Sensorial). Otros casos cursan con pérdida tanto sensorial como de

conducción, siendo entonces la hipoacusia mixta. La pérdida central de la audición se produce en las lesiones de la vía auditiva central más allá del octavo par craneal, como el núcleo coclear en la protuberancia o corteza auditiva primaria o de asociación del lóbulo temporal. También se puede considerar la hipoacusia funcional en los pacientes en los que está disminuida la audición pero habiendo discrepancias con las pruebas de medición objetiva.

  • 2.3.2.1 – Hipoacusia de Conducción.

    Se produce en patologías del oído externo y medio. Los umbrales de conducción ósea son normales, pero los resultados de conducción aérea sugieren una disminución en la sensibilidad auditiva. Estos pacientes tienden a tener la misma pérdida de sensibilidad para los sonidos en todas las frecuencias. En algunos casos es mejor para los sonidos de altas frecuencias que para las bajas. Otro síntoma es que la discriminación del habla está poco afectada. Con frecuencia presentan tinnitus, que pueden darse en el otro oído, en los dos oídos o no estar en la cabeza.

  • 2.3.2.2. - Hipoacusia Neurosensorial.

    Se produce en patologías del oído interno o del trayecto del nervio entre el oído interno y el tronco. Cuando la hipoacusia sólo se debe a un trastorno de la cóclea, se llama hipoacusia coclear. Llamaremos retrococlear a la alteración entre la cóclea y el tronco. Neurosensorial incluye tanto los trastornos cocleares como los retrococleares.

    Hablamos de afectación neurosensorial pura cuando el mecanismo de conducción del sonido es normal pero hay un trastorno en la cóclea o el nervio auditivo. Puede ser congénita (desarrollo incompleto, degeneración precoz del nervio auditivo, infección intrauterina, traumatismo durante el parto…) o adquirida (noxas, tumores acústicos, lesión craneal, infección, fármacos, vascular, autoinmune…)

    Estos pacientes suelen hablar muy alto, y muchos notan una sordera sólo con frecuencias elevadas. No tienen dificultad para comprender palabras a intensidad normal y sí en ambientes ruidosos. También suelen tener tinnitus que pueden localizarse en uno o ambos oídos. Generalmente, su tono tiende a ser más alto en la hipoacusia neurosensorial que en la de conducción. Generalmente la audiometría de Weber se lateraliza hacia el mejor oído. Audiométricamente, esta sordera se caracteriza por un solapamiento de los umbrales de conducción del aire y del hueso. El timpanograma es normal y los reflejos acústicos están presentes, elevados o ausentes. Estos pacientes pueden mejorar con audífonos. Otras tecnologías incluyen implantes cocleares, para las hipoacusias bilaterales y profundas.

  • 2.3.2.3 – Hipoacusia Mixta.

    Este tipo de hipoacusia contiene un componente de conducción y otro neurosensorial en el mismo oído. El paciente se comporta tanto como un trastorno conductivo como neurosensorIal. Sus causas pueden ser cualquier combinación de las situaciones causantes de hipoacusia conductiva y neurosensorial.

  • 2.3.2.4 – Hipoacusia Central
    Estas lesiones son difíciles de detectar y/o localizar. Muchas de estas disfunciones no se pueden demostrar por las mediciones convencionales. Se deben utilizar mediciones como el reflejo acústico, la caída del reflejo acústico y la discriminación del lenguaje a niveles de alta intensidad, para así diferenciar entre la alteración del octavo par, extra axial e intraaxial del tronco. Otras formas son mediante la respuesta auditiva evocada y la resonancia magnética.

2.4 – Concepto de acufeno y clasificación.

La percepción de ruido en el oído y en la cabeza es un motivo de queja frecuente del paciente en la consulta de Otorrino - Neurología – Médico General, etc. El tinnitus o acúfeno se puede definir como un síntoma significativo cuando su intensidad sobrepasa a los sonidos ambientales normales e invade la consciencia.

El acúfeno se puede describir como un fenómeno perceptivo que consiste en notar golpes o pitidos, que no proceden de ninguna fuente externa. En otras ocasiones es referido como un timbrazo, rugido, silbido… La mayoría de pacientes lo describen como constante, aunque otros como un fenómeno intermitente, fluctuante o pulsátil. Se puede percibir como un tono de alta o baja frecuencia, una banda de sonido o una combinación de ambas. Puede ser provocado por gran número de causas, generalmente traumáticas.

La mayor parte de los pacientes con acúfenos tienen además sordera, de conducción o neurosensorial. Sólo el 8% tendrán una sensibilidad auditiva audiométrica normal. El acúfeno puede preceder o seguir al inicio de la sordera o en los dos casos se puede producir de forma simultánea a ésta.

El acúfeno puede ser el síntoma de una enfermedad de base o de una lesión que se percibe por encima de los niveles de intensidad de los sonidos ambientes. Puede ser un síntoma precoz de un tumor del meato auditivo interno o del ángulo pontocerebeloso, glomus o una alteración vascular. Por tanto, es importante la valoración médica completa como forma inicial de abordaje de este proceso.

La forma más habitual tiene su origen en lesiones del oído interno, la cóclea, por exposición a ruidos muy intensos. Otras causas pueden ser las infecciones y otro tipo de lesiones, así como el uso de algunos medicamentos.

Se puede clasificar como subjetivo, sólo escuchado por el paciente, en uno o los dos oídos o bien en la cabeza. Otros por el contrario son objetivos, menos frecuentes, que son percibidos por el médico y el paciente.


2.5 – Manejo del paciente con acúfeno

La valoración del paciente con acufenos se debe realizar siempre de forma multidisciplinar. El primer paso importante que debemos tener en cuenta para el diagnóstico de los acúfenos, es la anamnesis, es decir, la descripción del tipo de acúfenos percibido por el paciente y los momentos o condiciones en que estos se desencadenan. Otro aspecto importante va a ser la exploración tanto de otros posibles problemas de salud y de los distintos tratamientos a los que se asocian y que pudieran estar recibiendo los pacientes.

Los datos que nos va a aportar la exploración física general, principalmente la del área otorrinolaringológica y cuello, así como la exploración cardíaca, se suelen complementar con algunas pruebas analíticas. En función de lo que se haya observado en la otoscopia, en ocasiones será necesaria también la realización de otras pruebas complementarias que incluirán un estudio audiométrico, pruebas de imagen… todo ello en función de la sospecha diagnóstica. Si se asocia a otros síntomas, se debe realizar además una exploración neurológica completa…. El paciente que se presenta con un acúfeno aislado, persistente e inexplicable, debe someterse a exploraciones periódicas por distintos especialistas… El manejo otológico se indica si se identifican causas otológicas. Si no se identifica lesión o enfermedad específica, no es posible su tratamiento médico o quirúrgico definitivo… Los tratamientos farmacológicos incluyen la carbamazepina, lidocaína y barbitúricos. Los efectos secundarios limitan su uso. Los ansiolíticos como el diazepam y alprazolam a dosis bajas o antidepresivos como la amitriptilina, pueden ser eficaces… El enmascaramiento como manejo del tratamiento de los acúfenos ha tenido un éxito variable. Los enmascaradores se diseñan para proporcionar un alivio al paciente al introducir un sonido externo o al eliminar la percepción del acúfeno. Su eficacia es menor al 30%. Un audífono puede proporcionar un alivio también… No está demostrada la eficacia de otros tratamientos alternativos como la acupuntura, la estimulación eléctrica, estimulación magnética y ultrasonidos entre otros… El tratamiento quirúrgico sólo se aconseja en pacientes con acúfenos muy incapacitantes y que afectan a un oído no funcionante (sordo.)

2.6 - Otros trastornos de la percepción auditiva

2.6.1 – Prebiacusia. 

  1. Es la pérdida auditiva gradual en los dos oídos que generalmente ocurre a medida que las personas envejecen.
  2. Existen varias causas para la presbiacusia, entre ellas se incluyen: alteración a nivel del nervio auditivo, influencias genéticas o hereditarias, degeneración gradual del tímpano o de los huesos del oído interno. La presbiacusia ocurre con mayor frecuencia en ambos oídos, afectándolos por igual. Dado que el proceso de pérdida es gradual, las personas pueden no darse cuenta de que está disminuyendo su audición.
  3. Al paciente le es muy difícil oír sonidos de alta frecuencia, y a medida que la audición empeora, puede volverse difícil oír sonidos de tono más bajo. Con la presbiacusia, los sonidos a menudo parecen menos claros e inferiores en volumen. Esto contribuye a la dificultad de comprensión del habla. Las personas con presbiacusia pueden presentar varios de los siguientes signos:
    - El habla de otros les parece murmullo o mal pronunciada.
    - Los sonidos de tono alto son difíciles de escuchar y distinguir. Las conversaciones son difíciles de entender, principalmente con ruido de fondo.
    - La voz de hombre es más fácil de oír que la inflexión alta de la voz de mujer… Ciertos sonidos parecen molestos o excesivamente fuertes. Pueden ocurrir acúfenos o tinnitus.
  4.  Antecedentes familiares, el uso de ciertos medicamentos, enfermedades cardiacas, diabetes o la exposición repetitiva a ruidos fuertes, son factores que contribuyen a la presbiacusia.
  5. El diagnóstico se realizara con un examen otológico y del tímpano y pruebas como una audiometría.
  6. Las opciones de tratamiento frente a esta pérdida de audición, son desde un implante coclear (se realiza en casos graves para mejorar la generación de sonidos al cerebro) o auxiliares auditivos y aparatos de asistencia para la audición. En algunos casos, se recomienda al paciente aprender la lectura de labios para una comunicación más ágil.

2.6.2 - Alucinosis auditivas y alucinaciones auditivas

Las alucinosis son percepciones auditivas en las que el sujeto carece de un juicio de realidad positivo, y por consiguiente son criticadas adecuadamente en el momento de producirse. Pueden existir asimismo otros tipos de alucinosis como las visuales, olfatorias o las táctiles.

Pueden producirse en el contexto de enfermedades diversas como las intoxicaciones agudas, consumo o deprivación de fármacos o sustancias de abuso, esquizofrenia, etc. Es muy característica la alucinosis alcohólica.

Una alucinación es una percepción que no corresponde a ningún estímulo físico externo. Sin embargo, la persona siente esa percepción como real. Por ello la alucinación es considerada una pseudo-percepción dada la ausencia de un estímulo externo. En ese sentido es distinta de la ilusión, que es una percepción distorsionada de un estímulo externo efectivamente existente. Las alucinaciones pueden ocurrir en cualquier modalidad sensorial, visual, auditiva, olfativa, gustativa, táctil, propioceptiva, equilibrioceptiva, nociceptiva, termoceptiva o varias mezcladas.

Las alucinaciones acústicas o auditivas (en particular las que incorporan una o más voces que se refieren al sujeto que las experimenta) están muy asociadas con la esquizofrenia y son más frecuentes en sujetos psicóticos. Adquieren normalmente dos formas: verbales y no verbales. Ambas pueden darse en un mismo individuo y suelen presentar un tono amenazante o imperativo. Su contenido puede influir directamente en el comportamiento del paciente y provocar conductas bizarras, disruptivas o suicidas. La mayoría provocan malestar y angustia, aunque algunas veces resultan tranquilizadoras y no molestan al paciente.

Un tipo especial de alucinación auditiva es la alucinación musical. Son muy infrecuentes y se desconoce su función diagnóstica. Las causas más frecuentes de aparición suelen ser la sordera y las lesiones cerebrales. Predominan en el sexo femenino. Dependiendo de su etiología, la alucinación puede variar en algunos aspectos como su forma de comienzo, aguda o insidiosa, la familiaridad de lo escuchado, el género musical, la vivencia de lo percibido… Son propias de los trastornos psiquiátricos que se relacionan normalmente con depresión y pueden acompañarse de otros tipos de alucinación.

Sordera: Tipos y tratamientos para la sordera, audífonos
y microcirugía de la sordera.

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