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Tratamiento Farmacológico en las Enfermedades Neurológicas.
La experiencia adquirida en distintos países, incluido el nuestro, indica que las advertencias que figuran en la mayoría de los preparados comerciales, tanto en el resumen de las Características del producto como en el Prospecto, son tan generales y vagas que son de escasa utilidad. Es por ello que desde hace tiempo existe una propuesta de categorización de los efectos de los fármacos sobre la capacidad para conducir, que sea más útil tanto a los profesionales sanitarios (médicos, farmacéuticos, etc.), como a los pacientes.
5 – Tratamiento Farmacológico en las Enfermedades Neurológicas.
5 – Tratamiento Farmacológico en las Enfermedades Neurológicas.
5.1 – Fármacos y Rendimiento Psicomotor.
El término de rendimiento psicomotor se usa para referirse a una serie de tareas de rendimiento que tienen como resultado una respuesta motora y que implican a las capacidades sensoriales, perceptiva y cognitiva.
Hemos de tener en cuenta que para realizar cualquier actividad de nuestra vida diaria necesitamos un determinado nivel de alerta y que un deterioro del rendimiento psicomotor puede alterar la realización de estas actividades diarias como son entre otras, las labores domésticas, tareas administrativas, la conducción de vehículos, etc. En definitiva, el que los fármacos no interfieran con el rendimiento psicomotor es de gran relevancia desde la perspectiva de la calidad de vida de las personas que toman la medicación.
Es preciso señalar que dentro de este amplio concepto de rendimiento psicomotor (que afecta prácticamente a todas las acciones de nuestro quehacer cotidiano), se ha prestado especial atención a la capacidad para conducir vehículos con seguridad, en el sentido que su interferencia y deterioro posee graves consecuencias para las personas que toman la medicación y aquellos que les rodean. No es que sea más importante el posible deterioro psicomotor relacionado con la conducción de vehículos que con otras actividades (aprendizaje en clase, actividades laborales, etc); sin embargo, sí lo son las potenciales consecuencias inmediatas: por ejemplo, implicación en un accidente de tráfico frente a un déficit en el aprendizaje, etc.
La relación fármacos y conducción de vehículos es compleja, en el sentido de que la conducción de vehículos con seguridad se puede ver afectada por la presencia de determinadas patologías (Ejemplo: estados depresivos). La administración de fármacos que permitan controlar o estabilizar el proceso patológico (por ejemplo, fármacos antidepresivos) permite mejorar no solo la situación clínica, sino la capacidad para conducir con seguridad. No obstante, los fármacos (en este caso los antidepresivos), bien por sus efectos directos sobre el rendimiento psicomotor, o por la aparición de efectos adversos, pueden deteriorar la capacidad para conducir con seguridad. En este sentido la relación fármacos y conducción puede ser dual: Por lo general mejora la capacidad para conducir con seguridad en personas que poseen determinadas patologías, si bien no están libres de deteriorar esta capacidad para conducir con seguridad.
5.2 – Valoración del efecto de los fármacos sobre la capacidad para conducir.
Siguiendo la normativa internacional, la evaluación de los medicamentos antes y después de la comercialización es exhaustiva. Por lo que respecta al tema de los fármacos y conducción de vehículos, este aspecto debe ser analizado previamente a la autorización de la comercialización de un nuevo fármaco.
En este sentido para valorar el efecto de los fármacos sobre la conducción de vehículos se realizan estudios experimentales en conductores que se encuentran bajo los efectos se determinados medicamentos. Estos incluyen entre otros:
A partir de estos estudios se puede conocer el mayor o menor grado de deterioro que produce un fármaco sobre el rendimiento sicomotor.
Dentro del ámbito de la unión Europea, a partir de la información obtenida en estos estudios, se advierte o no de ello en un Resumen de las Características del Producto y en el prospecto. El Real Decreto 2.236/93, de 17 de Diciembre que traspone la Directiva 92/27/CEE, establece las normas sobre el etiquetado y prospecto de los medicamentos de uso humano y define los epígrafes que deben incluir. Dentro de ellos el apartado 4.7 hace referencia a los posibles efectos de los medicamentos sobre la capacidad para la conducir o manejar maquinaria pesada.
En la tabla siguiente se muestran los Fármacos que pueden afectar al sistema nervioso e interferir en la conducción de vehículos, según el catálogo de Especialidades Farmacéuticas del Consejo General de Farmacéuticos de 1999... Ver el PDF
5.3 – La Categorización de los fármacos sobre la capacidad de conducir
La experiencia adquirida en distintos países, incluido el nuestro, indica que las advertencias que figuran en la mayoría de los preparados comerciales, tanto en el resumen de las Características del producto como en el Prospecto, son tan generales y vagas que son de escasa utilidad. Es por ello que desde hace tiempo existe una propuesta de categorización de los efectos de los fármacos sobre la capacidad para conducir, que sea más útil tanto a los profesionales sanitarios (médicos, farmacéuticos, etc.), como a los pacientes.
Fruto de los primeros estudios en Holanda se adoptó una resolución (CPMP, III/9.163/90 de la CEE) en la que se ha propuesto clasificar los medicamentos en tres niveles en basa a los efectos que los medicamentos producen sobre la capacidad de conducir:
Esta Categorización aunque todavía no ha sido aplicada, pensamos que sería de enorme utilidad desde el punto de vista sanitario pues permite valorar con mayor facilidad la alteración que un medicamento puede producir en la capacidad para conducir, seleccionar el medicamento más adecuado para el conductor y la conveniencia o no de recomendar que el paciente no conduzca cuando se encuentre bajo los efectos de determinada medicación. Es preciso señalar que no existe una estandarización de los test que permiten evaluar el posible efecto de los fármacos sobre la capacidad d para conducir con seguridad. Ello hace que la Categorización y Comparación entre fármacos sea tarea ardua.
Basándose en esta experiencia Holandesa, en algunos países se ha comenzado a categorizar el efecto de los fármacos en la capacidad para conducción. Este es el caso de nuestro país. Sobre la base de los efectos que producen los distintos medicamentos en relación a la alteración de la capacidad de conducir hemos realizado una clasificación de los principales grupos terapéuticos que afectan a la capacidad de conducir y dentro de ellos se han categorizado los distintos medicamentos en tres niveles de afectación:
Efectos que influyen en la capacidad para conducir.
Sedación (variable en función de la molécula), Hipotensión Ortostática, fatiga, vértigos, ansiedad/excitación, alteraciones del comportamiento, temblor, problemas de acomodación visual.
Recomendaciones
Los antidepresivos inhibidores de la recaptación de la serótina son los que afectan en menor medida a la capacidad de conducir… Debe advertirse claramente a los pacientes el riesgo para la conducción de vehículo de estos medicamentos. Particularmente se debe evitar conducir los primeros días del tratamiento y durante los cambios en las pautas posológicas.
Categorización de Medicamentos.. Ver PDF.
5.4 – Bases para la prescripción de medicamentos al paciente conductor:
5.4.1 Importancia de la Historia Clínica: ¿Conduce Usted?
El personal sanitario debe preguntar a su paciente el tipo de actividades que realiza en su vida cotidiana y prestar especial atención a todas aquellas que requieren un adecuado estado de alerta y de rendimiento psicomotor, tales como la conducción de vehículos. Distintos factores como la presencia de ciertas patologías, el consumo de medicamentos, el consumo de alcohol, etc., pueden deteriorar el rendimiento psicomotor del conductor y, en consecuencia, favorecer la accidentalidad de tráfico.
Puesto que la mayoría de la población adulta posee permiso de conducción y, en general, se dispone de un tiempo limitado para realizar la historia clínica del paciente, al menos, se debería prestar especial atención a aquellos colectivos de población:
5.4.2 Considerar las distintas alternativas terapéuticas.
Un aspecto primordial es recoger información pormenorizada, a cerca de las pautas de consumo de medicamentos del conductor… A todos los pacientes se les debe preguntar sobre sus pautas de conducción y si están tomando medicamentos de forma puntual o siguen algún tratamiento crónico en el momento de acudir a la consulta. Debe obtenerse información sobre cada uno de los fármacos que están tomando, el número de tomas, cuando se toma, y la duración del tratamiento. Se debe prestar especial atención a la automedicación.
Por otro lado la legislación Europea y Española establece la posibilidad de incluir símbolos (pictogramas) en el cartonaje de los medicamentos que advierten de la posible alteración de la capacidad para conducir, al igual que se ha hecho en algunos países, fundamentalmente del norte de Europa y más recientemente en Francia.
Esta información nos permitirá conocer acerca del conductor, o paciente en general:
– Elegir el medicamento que menos interfiera la capacidad para conducir con seguridad.
Una vez realizado el oportuno diagnóstico, y siempre que sea preciso instaurar un tratamiento farmacológico, debería seleccionarse el medicamento que afecte en menor medida a la capacidad para conducir, si esto es posible. Siempre se deben considerar las distintas alternativas terapéuticas.
– Tener presente cuáles son los principales efectos adversos de los fármacos prescritos.
Cuando se prescribe un medicamento a un conductor, además de seleccionar el fármaco con menores efectos sobre el rendimiento psicomotor, hay que tener en cuenta otros factores. Debe observarse la posibilidad de que el paciente ya esté tomando otros fármacos, o que algunos de sus hábitos, como el consumo de tabaco y/o alcohol, pudieran influir en el efecto final del medicamento sobre la capacidad para conducir. Por lo tanto, debe tenerse en cuenta (ver paso 2)
Ver pdf sobre posibles reacciones adversas que pueden
deteriorar la capacidad para conducir.
5.4.3 – Utilizar pautas terapéuticas para minimizar los efectos adversos.
Siempre debe considerarse, la posibilidad de utilizar una pauta de prescripción que minimice el efecto adverso de la medicación sobre la capacidad para conducir, por ejemplo:
5.4.4 – Evitar la Polifarmacia.
La aplicación conjunta de varios medicamentos a la vez es frecuente en la práctica clínica. El consumo de varios medicamentos implica un mayor riesgo de interacciones y de aparición de efectos adversos con lo que presumiblemente se puede producir una mayor disminución del rendimiento psicomotor y capacidad para conducir con seguridad.
5.4.5 – !!Cuidado con la Automedicación!!
La automedicación e otro de los factores que tenemos que tener en cuenta en relación con los fármacos y la alteración para la capacidad de conducir.
Por un lado cada vez son más los preparados que se dispensan sin receta, en los cuales aunque exista información en el prospecto sobre la posible alteración de la capacidad para conducir, no siempre el paciente es capaz de valorar el riesgo real que supone el consumo de estos preparados para conducir. Además, una práctica que comienza a ser frecuente es la comercialización como preparados sin receta, de fármacos antiguos y con marcado efecto sobre el rendimiento psicomotor; la Administración Sanitaria no los incluye en la lista de medicamentos que deben ser prescritos por el médico por su bajo perfil beneficio/riesgo, y sin embargo permite su empleo como dispensación sin receta médica.
Por otro lado están los preparados que necesitan prescripción médica para su dispensación y que por diversas circunstancias se consumen sin control médico, siendo esta práctica la más peligrosa, ya que la persona que se medica no tiene capacidad para valorar la relación beneficio/riesgo que se produce con el consumo de un medicamento y así poder prevenir los efectos secundarios que pueden interferir con la capacidad para conducir.
5.4.6 – evitar el consumo conjunto de medicamentos y alcohol.
La interacción del alcohol con determinados grupos de fármacos potencia el deterioro de las funciones psicomotoras y cognitivas así como la aparición de efectos secundarios en el conductor, incrementando el riesgo de accidentes.
Sinapsis
Sinapsis Neuronal
5.5. EL Consejo Sanitario. La información al Paciente y Familia.
El papel del médico y personal sanitario no debe limitarse únicamente a la asistencia del accidente por tráfico, sino que puede y debe hacer también una labor preventiva. En este sentido el personal sanitario debe, como regla básicamente siempre hay que informar al paciente y familiares con relación a la medicación que se prescribe, y esta información debe dirigirse a minimizar el deterioro que la medicación puede ocasionar al paciente conductor.
El personal sanitario debe informar al paciente de los efectos que tanto la enfermedad que padece, como el tratamiento prescrito, pueden producir sobre la capacidad para conducir un vehículo.
También debe indicarse al paciente y a los familiares del enfermo, cuáles son los signos que alertan sobre un posible deterioro de la capacidad de conducción (aparición de visión borrosa, dificultad para permanecer alerta, dificultad para mantener una trayectoria recta, entre otros).
Los pacientes deben saber, respecto a los medicamentos, antes de conducir, sus características, por tanto deben:
Neurona y Aprendizaje
Reconstrucción virtual 3D de una neurona
y su sinapsis.
neurona, sinapsis, neurotransmisores.
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